Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infertilidad es una enfermedad del aparato reproductor definida por la imposibilidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones sexuales sin protección regular.
Se recomienda comenzar las evaluaciones de las parejas a partir de ese momento, inmediatamente si hay causa obvia de infertilidad o subfertilidad o cuando la mujer tiene más de 35 años.
La infertilidad afecta aproximadamente al 15% de las parejas: 33% de los casos se deben a factor femenino, 21% a factor masculino, 40% es de tipo mixto y 6% es por causas inexplicables.
Ambos términos se refieren a dificultades para concebir, pero veamos en qué se diferencian:
Esterilidad es la incapacidad para concebir luego de un año de mantener relaciones sexuales habituales sin la utilización de algún método anticonceptivo.
Infertilidad es la incapacidad de llevar a término un embarazo, con el nacimiento de un bebé sano.
El término infertilidad primaria hace referencia a parejas que no han logrado embarazo luego de al menos 12 meses de relaciones sexuales sin usar métodos anticonceptivos. Mientras que infertilidad secundaria refiere a parejas que en algún momento lograron una gestación normal y que ahora presentan problemas para concebir.
El término ESCA alude a Infertilidad Sin Causa Aparente. Se diagnostica tras la comprobación de la normalidad de los factores analizados en la pareja infértil. Es uno de los problemas más angustiantes y controvertidos que pueden surgir, ya que evidencia la existencia de una patología no demostrable mediante los métodos de estudio actuales, constituyendo una entidad cuyo diagnóstico se realiza por exclusión.
Es una técnica por la cual la unión del óvulo con el espermatozoide ocurre fuera del cuerpo de la madre. Es decir, sucede en el laboratorio, in-vitro.
La fecundación puede realizarse empleando una Fecundación In Vitro tradicional (FIV) o por inyección Intracitoplasmática de espermatozoide (ICSI).
La FIV consiste en depositar espermatozoides, previamente capacitados, junto al óvulo en una placa de Petri. Mientras que el ICSI se refiere a la selección de un espermatozoide apto que se introduce, empleando una fina aguja, dentro del óvulo.
El resultado de la fecundación se observa aproximadamente 18hs después, visualizándose el número de óvulos fertilizados normales (cigoto).
Es una técnica de Reproducción Asistida de Baja Complejidad que consiste en depositar espermatozoides, previamente capacitados, en el aparato reproductor femenino con el objetivo de lograr un embarazo.
El procedimiento incluye la estimulación del desarrollo folicular, empleando medicación, y seguimiento ecográfico.
Se indica mayormente para factor cervical, factor masculino moderado e infertilidad inexplicable. En caso de azoospermia, factor masculino severo, mujer sola o con pareja femenina se indica inseminación con semen de donante.
La reserva ovárica indica la cantidad de óvulos disponibles en el ovario de una mujer en un momento concreto de su vida. Es el mejor marcador de fertilidad.
Al nacer, se cuenta con alrededor de 1 millón de óvulos. En la pubertad, con la primera menstruación, éste número se reduce a 400 mil. Solo 400 llegan a ser ovulados, el resto se pierde.
El chequeo se realiza entre el segundo y cuarto día del ciclo con: conteo de folículos antrales, a través de ecografía endovaginal y medición hormonal, por análisis de sangre.
La vitrificación de óvulos es una técnica segura que consiste en criopreservar las gametas en nitrógeno líquido, manteniendo las mismas posibilidades de embarazo que al momento de ser congelados.
La edad de la mujer es un factor fundamental. En general la fertilidad comienza a disminuir luego de los 35 años y desciende de forma abrupta a partir de los 40 años.
¿Cuáles son los pasos?
Gracias a la recepción de óvulos de donante se permite vivir el embarazo a mujeres que presentan falla ovárica, baja respuesta a la estimulación controlada, óvulos de mala calidad, menopausia o fallas repetidas en tratamientos de Alta Complejidad.
Los óvulos se inseminan en el laboratorio-in vitro con espermatozoides de la pareja, si la tuviera, o semen de banco de gametos, con el fin de obtener embriones a transferir al útero materno o ser criopreservados.
El método ROPA es una alternativa para parejas de mujeres que permite a ambas participar activamente en el proceso de Fecundación In Vitro. Siendo una de ellas quien aporta el óvulo (madre biológica), el cual será fecundado con espermatozoides de donante, y su pareja será la madre gestante, llevando a cabo el embarazo.